Por: Francisco Quintanilla
El Presidente de la República y diputados del FMLN se olvidaron de presionar para que se derogara la ley de amnistía y de hacer todos los esfuerzos por perseguir a los corruptos, y sobre todo a los corruptos y corruptores de cuello blanco. El Presidente por su lado creyendo que tiene el poder y sabiduría absoluta, negando que la sabiduría comienza por llevar al máximo escalón a la humildad y que el único poder que no corrompe es el que deriva del mismo pueblo, le ha dado la espalda a este último; los diputados por su parte, continúan embobados por la cidra de las comodidades, sin un plan claro de cómo construir una sociedad mucho más justa y solidaria.
Estos dos actores se han olvidado que es el pueblo quien les dio a ellos la oportunidad de cargar sobre sus hombros la enorme responsabilidad de empujar e impulsar los cambios revolucionarios que necesita la sociedad salvadoreña, y es el mismo pueblo quien tiene la potestad de quitarles esa responsabilidad y oportunidad, si continúan olvidándose de donde vienen y desconociendo para donde deberían de ir, si continúan convirtiéndose en burócratas acomodados a los manjares de la vida neoliberal. Es importante que los miembros del FMLN con conciencia revolucionaria despierten del sueño hipnótico a los compañeros que se han convertido en burócratas administradores de las sorderas del Presidente Funes, que a su vez es una herramienta de las maldades del gran capital.
Se va viendo entonces que no sólo el presidente Funes sino que también varios empleados del gobierno integrantes del FMLN, probablemente por diferentes razones le van dando la espalda a los clamores del pueblo que los eligió y les dio un mandato: iniciar el cambio hoy de las estructuras generadoras de injusticia social.
Todo esto ha hecho que no llegue todavía el turno del ofendido, pero no se pierde la fe en que llegará ese momento, el momento de que el dedo colectivo del ofendido los señale, los juzgue en la plaza pública de la historia, hasta entonces será el verdadero turno del ofendido, quien dirá con las palabras de Dalton:
Ahora si es la hora de mi turno
el turno del ofendido por años ofendido,
a pesar de los gritos
Callad Funes, Ministros y diputados de la falsa alcurnia
oíd sordos, observad ciegos
las heridas que me causaste
a mi cuerpo, a mi espíritu colectivo
oíd los gritos de mis ancestros
reclamando su turno.
Hoy es tu turno, pero no de seguirnos persiguiendo, torturando, masacrando, mintiendo; es tu turno pero de ser llevado ante la justicia popular, a que respondas por tantas masacres cometidas, por las mentiras públicas que le dijeron al pueblo en cada plaza que llegaron o en cada caravana que participaron, de esto por su puesto no deberán escaparse todos los gobernantes corruptos y corruptores de los 20 años de gobierno de ARENA.
Estos dos actores se han olvidado que es el pueblo quien les dio a ellos la oportunidad de cargar sobre sus hombros la enorme responsabilidad de empujar e impulsar los cambios revolucionarios que necesita la sociedad salvadoreña, y es el mismo pueblo quien tiene la potestad de quitarles esa responsabilidad y oportunidad, si continúan olvidándose de donde vienen y desconociendo para donde deberían de ir, si continúan convirtiéndose en burócratas acomodados a los manjares de la vida neoliberal. Es importante que los miembros del FMLN con conciencia revolucionaria despierten del sueño hipnótico a los compañeros que se han convertido en burócratas administradores de las sorderas del Presidente Funes, que a su vez es una herramienta de las maldades del gran capital.
Se va viendo entonces que no sólo el presidente Funes sino que también varios empleados del gobierno integrantes del FMLN, probablemente por diferentes razones le van dando la espalda a los clamores del pueblo que los eligió y les dio un mandato: iniciar el cambio hoy de las estructuras generadoras de injusticia social.
Todo esto ha hecho que no llegue todavía el turno del ofendido, pero no se pierde la fe en que llegará ese momento, el momento de que el dedo colectivo del ofendido los señale, los juzgue en la plaza pública de la historia, hasta entonces será el verdadero turno del ofendido, quien dirá con las palabras de Dalton:
Ahora si es la hora de mi turno
el turno del ofendido por años ofendido,
a pesar de los gritos
Callad Funes, Ministros y diputados de la falsa alcurnia
oíd sordos, observad ciegos
las heridas que me causaste
a mi cuerpo, a mi espíritu colectivo
oíd los gritos de mis ancestros
reclamando su turno.
Hoy es tu turno, pero no de seguirnos persiguiendo, torturando, masacrando, mintiendo; es tu turno pero de ser llevado ante la justicia popular, a que respondas por tantas masacres cometidas, por las mentiras públicas que le dijeron al pueblo en cada plaza que llegaron o en cada caravana que participaron, de esto por su puesto no deberán escaparse todos los gobernantes corruptos y corruptores de los 20 años de gobierno de ARENA.
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