2—. La toma de la UES es sintomático del carácter despótico de toda nuestra sociedad. El rector se ha comportado como un jefe de patrulla rural de los años cuarenta del siglo pasado. Felizmente no tiene machete, pero toda su actividad respecto a las exigencias de los no inscritos se ha apegado a la “doctrina de la seguridad” elaborada por los sectores más oscuros del imperialismo norteamericano. Ningún diálogo, los criminalizó, les dio un apodo, trató de intimidarlos, llamó a los policías (un rector que pide a las fuerzas represivas que le ayuden) y hace campaña para que la fiscalía aplique una de las más aberrantes leyes de nuestra legislación: “la ley antiterrorista”. Y lo que hacen esos desafortunados bachilleres es una manifestación contra la política presupuestaria de los gobiernos sucesivos. Fíjense que no estoy hablando de un mesonero, estoy hablando del rector de la Universidad Nacional. Su lenguaje es de guerra. El principal centro del humanismo universal es incapaz de resolver un conflicto por el diálogo. La violencia primera es la de negarle a nuestra juventud la educación que merece. No cabe alegar que sus notas fueron menores que la que se requiere para entrar a la Universidad. ¿Quién es el responsable? ¿Quién les dio el título de bachiller? El examen de admisión se ha instaurado con el fin de proceder a una selección, que en definitiva resulta ser una selección social. Pues si el examen es académico, los resultados dependen en mucho de las oportunidades de aprendizaje que ofrecen las condiciones económicas de los estudiantes.
Pero el título de bachiller debería ser suficiente para ingresar a estudiar a una institución de enseñanza superior, ya sea técnica o general. El problema del cupo es un problema mayor, es un problema nacional, no es un problema secundario. La enésima toma de la universidad tiene la virtud de plantear una vez más este problema. ¿Cómo resolverlo? El rector en vez de andar de la Seca a la Meca poniendo queja, cumpliría mejor su función instaurando un debate público sobre este problema y ofrecer su propia reflexión en tanto que primer académico del país.
http://cosastanpasajeras.blogspot.com/
Pero el título de bachiller debería ser suficiente para ingresar a estudiar a una institución de enseñanza superior, ya sea técnica o general. El problema del cupo es un problema mayor, es un problema nacional, no es un problema secundario. La enésima toma de la universidad tiene la virtud de plantear una vez más este problema. ¿Cómo resolverlo? El rector en vez de andar de la Seca a la Meca poniendo queja, cumpliría mejor su función instaurando un debate público sobre este problema y ofrecer su propia reflexión en tanto que primer académico del país.
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