domingo, 4 de julio de 2010

CINE


Kick-Ass
Por Carlos Mármol

Bendita postmodernidad

Kick-Ass es la nueva propuesta llevada a la pantalla de Mark Millar, el creador de cómics que actualmente es la quintaesencia de los autores norteamericanos con títulos como Hijo rojo, The Ultimates, o Wanted. Estamos frente a un auténtico postmodernista que se ha atrevido a reinventar clásicos como Supermán y The Avengers (Los Vengadores), de las icónicas y referenciales factorías de Marvel y DC cómics. Curiosamente el film de Matthew Vaughn, se ha desarrollado prácticamente al mismo tiempo que se publicaban los primeros números de la serie de Millar. Este fenómeno ha hecho que el público pueda descubrir casi a la par el film y el cómic, y así la fidelidad que siempre rivaliza entre el mundo de las viñetas y el fílmico aquí no tenga apenas sentido debatirlo.

El film por supuesto se ha beneficiado de adaptar un cómic de un escritor tan transguesor como Millar, porque tanto formalmente como en su contenido se alimenta de ciertos riesgos que tendrán controversia, pero que al mismo tiempo son el motor del esquema conceptual de la película. No tendría sentido contemplarla sin sus transguesiones porque en el universo postmoderno tiene que haberlas, ya que el tono paródico y autorreferencial está siempre presente, y hay que jugar con las ideas originales pasadas y reinventarlas. Así pues la trama se toma estas licencias y muestra a un joven colegial que se pregunta porqué no se puede ser un superhéroe sin necesidad de tener superpoderes, y la venganza que un padre y su hija planean contra una banda mafiosa. Los tres personajes acabarán disfrazándose de superhéroes, con la diferencia de que al joven estudiante le vendrá muy grande el mundo del bien contra el mal, y en cambio a la pareja paternofilial se le dará de maravilla. Tan bien combatirán contra el crimen organizado que es aquí donde acontece la transgresión más radical del film, y es ver como una niña de 12 años asesina sin ninguna contemplación y de forma muy violenta a gran parte de la banda criminal. Como comentaba antes causará polémica, sobre todo al espectador más retrógrado y conservador que no sabrá entender el tono de parodia y ruptural con respecto a los personajes superheroicos más clásicos. No por casualidad el disfraz del padre de la niña, es un homenaje explícito al famoso hombre murciélago de DC cómics conocido como Batman, y la trama recuerda constantemente a Spiderman de Sam Raimi. Además el personaje de la singular niña crea una clara empatía con el espectador, convirtiéndose en el alma real del film.

La combinación entre drama, violencia y comedia, está perfectamente hilvanada en la estructura narrativa del film. Logra entretener a raudales con un ritmo preciso y con hilarantes y homenajeantes coreografías en las escenas de lucha. El espectador que sepa entrar en su mundo autorreferencial y no busque solo realidad en la ficción, quedará satisfecho visualizando este entretenido y curioso film de superhéroes poco convencional.


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