EDITORIAL.
Los cambios que la universidad necesita se logran con procesos significativos de transformaciones profundas y reales en sintonía con las necesidades mas sentidas de nuestra casa de estudios, los cuales permitan solventar necesidades básicas de los estudiantes, docentes y trabajadores tales como: Aulas en buen estado, facilidad de acceso a la información, servicios sanitarios en buen estado y con adecuado funcionamiento, un ambiente ecológico agradable para el proceso de aprendizaje, entre otras que permitan contar con una infraestructura adecuada y un ambiente idóneo de la universidad.
Pero existen necesidades que para muchos no son perceptibles ni sensibles de forma inmediata, como el desarrollo científico, la idoneidad del docente para dar clases, la investigación social y la proyección social que permita dar soluciones a los problemas mas sentidos de la sociedad salvadoreña y latinoamericana en su conjunto y esto debería pasar por cambios profundos en el método de aprendizaje que utilizan muchos catedráticos en la facultad como lo es la educación bancaria, porque estos en ultima instancias son unos de los generadores de conciencia inmediata que tiene el estudiante universitario que de entrada presenta graves deficiencias desde el bachillerato.
La conciencia colectiva de la comunidad universitaria debería ser científica, critica, propositiva y sensible para permitir el alcance de las metas de la universidad, subjetividad que deberíamos todos adoptar como el pan diario del convivir universitario, pero lamentablemente la universidad perdió, porque alguna vez la tubo, su capacidad para ser ente de cambio, comenzando por un cambio de actitud de cada individuo para con sus semejantes y curarse del virus de la apatía que termina matando la ciencia y la critica constructiva.
La sanidad de la conciencia colectiva solamente se lograra si todos nos unimos para el rescate de nuestra universidad, en donde convengan las diferencias de los que realmente queremos construir una UES pionera en el desarrollo científico, social y personal de Latinoamérica y no solamente unirnos o adicionarnos a movimientos electoreros con la esperanza de obtener algún puesto de trabajo, alguna retribución económica, pasar alguna materia o que nos vendan algunos puntos u otras regalías que se ofertan a cambio de votos.
La unidad es necesaria para el cambio pero solo con una conciencia colectiva científica, critica y humana lograremos rescatar la UES y solventar las necesidades mas sentidas de nuestra alma mater.
Así que la tarea es a unirnos por el cambio, pero siendo realmente revolucionarios en nuestro actuar y pensar, solo así los procesos formativos y transformadores lograran un auge en la querida pero descompuesta Universidad de El Salvador.
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