Según datos brindados por la Vice Rectoría Académica de la UES, sólo 1,119 estudiantes de 23,889 que se sometieron a la prueba de conocimientos, la aprobaron, cantidad que porcentualmente equivale a un 4.7%, aparte de señalar que buen porcentaje de los que se aceptaron como aprobados, más del 50%, su nota oscila entre 5.0 y menos que 6.0, nota que según los criterios internos de evaluación de la UES, significa que están reprobados, lo cual indicaría, que realmente sólo el 2.0 % aproximadamente aprobó dicha prueba, es decir unos 500 estudiantes .
De los anteriores datos, se partiría del supuesto que son lo suficientemente impactantes en términos educativos como para estremecer la imaginación, el pensamiento y la conciencia de las autoridades respectivas, para ponerle fin a la lógica de esta última reforma educativa, para iniciar una auténtica revolución educativa, que permita potenciar y fortalecer el recurso más abundante e importante que posee la Nación Salvadoreña, como es el recurso humano, sin embargo, eso no ha sido así, ya que las actuales autoridades educativas lamentablemente le han dado continuidad a las políticas educativas perversas de los gobiernos areneros que le han precedido.
Debido a lo anterior, como a los resultados mismos de dicha prueba de conocimiento, es básico valorar las características más generales y esenciales del sistema educativo nacional actual, así como de ciertos factores que han condicionado y consolidado el tipo de estudiante que llega a la UES.
Desde 1995 aproximadamente, se establece como una de las políticas educativas que de primer a tercer grado nadie tiene que quedarse aplazado (promociones masivas), independiente que el educando haya o no alcanzado a desarrollar las habilidades cognitivas y prácticas que cada grado o nivel espera o exige; de cuarto grado hasta bachillerato la política es que si un estudiante se queda aplazado, el educador está en la obligación de impartirle cursos de “reforzamiento” o “nivelación” a sabiendas que el estudiante por el mero hecho de recibir tales cursos o clases ya deberá estar aprobado, es decir, es la misma política de promoción masiva encubierta; otra es la reducción de tres a dos años de bachillerato (modalidad bachillerato general); desaparición de materias como Física, Química y Biología, condensándolas en una materia de Ciencias, desaparece también filosofía entre otras; la sustitución de la escuela nocturna, primero por la educación a distancia y luego por el programa “Edúcame”; a estas políticas de los gobiernos areneros, se suman las políticas educativas del actual gobierno del FMLN, entre estas están, que el educador está en la obligación de revisarle periódicamente los cuadernos al educando y sólo por tal revisión hay que adjudicarle al estudiante 2.5 puntos a la nota final de año, están también las políticas de los recreos y esquinas dirigidas, que no son más que formas de que el estudiante pierda más tiempo del que usualmente se pierde.
A todo lo anterior se suman otros factores no menos importantes, tales como: el inmenso tiempo que buena proporción de estudiantes le dedican de lunes a domingo a las bandas musicales a tal grado que las escuelas de formación académica más parecen escuelas de música o de baile; la cultura absorbente del consumismo y de la tecnología, es decir, muchos jóvenes con o sin la aprobación de los padres y madres de familia invierten un buen porcentaje de tiempo todos los días a interrelacionarse con el teléfono celular, con el MP3, con el MP4, con los juegos electrónicos, en las redes sociales para ponerse al tanto de los chambres, rebasando los límites de la pasión hasta llegar a la adicción, tiempo que ni en cantidad ni en calidad le dedican al estudio, a la lectura de libros de ciencia, de filosofía o de literatura.
La educación formal acompañada de la educación informal está diseñada para matar conciencias, pensamientos, imaginación, matar espíritus en todo el sentido de la palabra, estos muchachos y muchachas muertos en espíritu tienen poca probabilidad que puedan desarrollar todo su potencial que les permita enfrentarse al mundo, a la vida con criticidad y creatividad liberadora, son caldo adecuado para caer en las drogas, la prostitución, la delincuencia.
En este escenario, se suma la participación de un actor que en la mayoría de los casos, no tiene conciencia de esta situación, como es el padre y madre de familia, en el sentido que si algún educador evalúa que un determinado educando no está apto para pasar al grado inmediato superior, sumado a que él tiene que llenar una gran cantidad de formularios, presentarlos y demostrar ante la santa inquisición “educativa” de por qué se quedó aplazado, muchos papás y mamás demandan al profesor, éste último conociendo del proceso tortuoso que le espera, prefiere permitir que el muchacho o muchacha apruebe de grado.
El joven y la joven acostumbrado a pasar de grado, con este acomodamiento llegan a realizar la prueba de conocimientos para intentar iniciar sus estudios en la UES, por lo que no es de extrañarse, más si de preocuparse de tales resultados.
Los jóvenes (as) que logran aprobar, ya sea en el primer examen o el segundo, van arrastrando el gran lastre de deficiencias y males, por no decir pésimos hábitos para enfrentar las exigencias universitarias, que dicho sea de paso, también han bajado considerablemente, dado que si el profesor universitario exige como exigía hace unos cuarenta años atrás, muy poquísimos estudiantes aprobarían y lograrían terminar con éxito sus estudios universitarios. Esto ha obligado, como se planteó anteriormente, a que se baje de nivel de exigencia, lo cual ha redundado a que el profesional en su mayoría en todas las profesiones sea de más bajo nivel que el de antaño.
Los estudiantes que reprueban y que académicamente ya no pueden continuar sus estudios en la UES, pero que económicamente pueden pagar una universidad privada, rápido encuentran la solución buscando alguna “universidad” privada de muy bajo perfil, las cuales son abundantes y variadas en este pequeño país, para graduarse en la profesión que querían. En este espectro también es necesario señalar, que incluso algunas universidades que se jactan del mote de estar acreditadas, funcionan bajo la lógica de las promociones masivas cuya herramienta básica es la educación piñata.
La UES recibiendo estudiantes de bajo nivel académico le devuelve a la sociedad también profesionales en todos los órdenes en su mayoría también de bajo nivel, y especificando el caso de la docencia, muchos jóvenes(as) estudian la carrera de profesorado no es porque tengan vocación sino porque es la que les resulta más barata y pueden salir en un tiempo más corto que las demás carreras, esto ha conducido a que la UES le devuelva al sistema educativo muchos profesores y profesoras de bajo perfil, dando continuidad a la espiral del proceso educativo deteriorado y deteriorante.
Estos nuevos maestros (as) que logran incorporarse laboralmente al sistema educativo, muchas veces trabajan en niveles y en materias para los cuales no fueron “preparados”, se encuentran maestros de sociales o de letras “impartiendo” matemáticas o ciencias naturales, profesores de matemáticas ”impartiendo” inglés, de inglés “impartiendo” educación física, de educación física “impartiendo” sociales, etc.
Otro fenómeno que se manifiesta con mucha frecuencia en muchos centros educativos, es que el buen profesor es considerado por muchos alumnos, padres de familia y directores como mal maestro, y el mal maestro como buen maestro, esto se debe a que el que realmente es buen maestro no cabe en la lógica de las promociones masivas, de la educación de piñata, donde se regalan puntos por cualquier cosa. Se regalan puntos por participar en excursiones, en fiestas, por ser miembro de las bandas musicales, hasta por hacer la limpieza.
Muchos estudiantes que llegan a la UES y que inician sus estudios en ella, llegan acostumbrados a la educación de piñata, tratan de enfrentar la educación superior con esta herramienta, que no es más que una expresión de las actitudes acomodadas con que navegaron a la deriva a lo largo de su educación primaria y secundaria.
Esta es la realidad real, la nuda realidad educativa que las autoridades educativas, actores directos e indirectos miran pero no quieren ver, dando explicaciones a partir de lo superficial del fenómeno educativo y obviando el conocimiento de lo esencial de este fenómeno, lo cual ha conducido a que si el diagnóstico es equivocado, las soluciones que le han querido dar a este trascendental problema, también son y seguirán siendo equivocadas.
Para terminar con esta reflexión es importante hacerse la siguiente pregunta y dar algunas valoraciones al respecto ¿qué debe hacer la UES ante tremendo problema y reto estructural?
De hecho las soluciones son harto complejas, y no se puede pretender en este breve documento dar soluciones mágicas a un problema estructural y cuyas soluciones además de ser estructurales deben surgir de la participación de todos los actores que se mueven en este escenario educativo, sin embargo, es ineludible plantear algunas líneas gruesas, orientadas a activar la imaginación científica de estos actores.
A corto plazo, como ya se planteó en otro documento denominado “Sueño o Pasadía Pedagógica”, la UES debe de aprobar y ejecutar el año preuniversitario, para todos aquellos estudiantes que no aprueben el examen de conocimientos, ya que el curso propedéutico que desarrolla la UES, además de ser de baja calidad, no es una solución que va a permitir que los estudiantes superen los grandes vacíos que vienen arrastrando desde la educación primaria y secundaria, y a mediano plazo, la UES junto con el Ministerio de Educación deben articular una serie de estrategias que permitan que los actores indirectos y sobre todo los directos se conviertan en autores dinámicos y creativos de las grandes transformaciones que el sistema educativo nacional tiene urgentemente que experimentar, es decir, las líneas de transformación no tienen que surgir únicamente de los pensamientos de las autoridades del MINED, ni mucho de esos expertos extranjeros que este ministerio contrata, que además de desconocer la realidad salvadoreña, se vienen a enriquecer a costa de los bolsillos de los(as) salvadoreños/(as), sino de esos actores directos del sistema educativo, y convertirse además en autores del destino del sistema educativo nacional.
Sata Ana 28 de octubre de 2011.
Por: Francisco Quintanilla