lunes, 25 de abril de 2011

AGROECOLOGIA: La producción agropecuaria con “paquetes tecnológicos” llamados de “punta”, un mito similar a los “espejitos de los colonizadores”


La producción agropecuaria con “paquetes tecnológicos” llamados de “punta”, un mito similar a los “espejitos de los colonizadores”


Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial la producción agropecuaria sufrió un cambio tecnológico trascendental, que devino en el paradigma del productivismo, sobre la base de la explotación intensiva de las tierras. Este consistió en un proceso acelerado de desarrollo de nuevas tecnologías, principalmente de maquinarias e implementos diversos, de fertilizantes, plaguicidas y otros agroquímicos, así como de tecnologías de preparación del suelo y manejo del cultivo, incluyendo el mejoramiento genético para lograr variedades con alta respuesta productiva.

Después de más de 50 años de lo que se llamó “Revolución Verde”, el saldo de experiencias es inmenso, pues efectivamente se logró incrementar la producción de alimentos frescos o procesados para el mercado y de biomasa como materia prima para la agroindustria. Se ha acumulado una gran cantidad de información científica y técnica, debido a diversas fuentes de financiamiento que han tributado a universidades y centros científicos, la mayoría de estos creados durante este periodo, entre otros avances en lo que se ha nombrado también “tecnologías de punta”, las que a través de la globalización han devenido en un sistema de colonización tecnológica para muchos países.

Esto ha contribuido a que se aceptara internacionalmente que la agricultura se realice mediante “paquetes tecnológicos”, los que han proliferado a escala internacional a través de empresas de maquinaria, agroquímicos y semillas, las que se han “replicado” en los diferentes países mediante normativas e instructivos de cultivos y crianza de animales, “adaptados” y “mejorados” para la agricultura local por investigadores, especialistas y funcionarios de entidades nacionales e internacionales.

El saldo social de este enfoque tecnológico es de tal magnitud que en los centros de enseñanza de diferentes niveles, incluyendo las universidades, en las entidades de servicio público (ministerios, institutos, etc.) y en la población en general, se ha generalizado la percepción de que la agricultura es únicamente cuestión tecnológica y que esta debe realizarse mediante el uso de maquinarias e insumos externos, sobre todo importados, para lograr incrementos productivos a través de la explotación intensiva del suelo en campos de grandes extensiones.

El éxito de este enfoque en la percepción social se expresa por el hecho de que ante las crisis internacionales de los últimos años (económica, energética, alimentaria, climática, valores y otras), generadas por la globalización de la economía, los decisores recurren con frecuencia a dicho modelo, sin analizar que precisamente es una de las causas de estas crisis y conduce al ciclo vicioso de las tecnologías que ha caracterizado a la producción agropecuaria en los últimos 60 años.

Sin embargo, se obvia o no se desea analizar y mucho menos informar a los estudiantes y el gran público, los errores cometidos con la explotación intensiva de las tierras, principalmente los efectos negativos debido a afectaciones del medio ambiente y la biodiversidad, a la salud integral de las personas, a la percepción de la población, los gastos excesivos de energía y la contribución al cambio climático, entre otros efectos degradativos de gran complejidad, también ampliamente documentados científicamente.

Incluso, muchas veces se menciona como política agraria el nuevo paradigma de la “agricultura sostenible”, se discursa sobre protección del medio ambiente y la biodiversidad y no se actúa en consecuencia, como lo demuestra el hecho de que aun más del 50% de los proyectos de investigación de las universidades y los centros científicos tributan a la agricultura intensiva, con mayor énfasis a la agricultura biotecnológica especializada para la agroindustria, que se sustenta en tecnologías que requieren de grandes extensiones de monocultivos.

Los eslabones más débiles y afectados en esta “cadena productiva” son los que están en los extremos: primero el agricultor y finalmente el consumidor. Ambos deben asumir costos de diversas características, que van mucho más allá de la clásica “economía agropecuaria” que se sustenta únicamente en el valor monetario.

De hecho muchas personas califican habitualmente este análisis como “romántico”, pues expresan que “hay que comer” y eso solo se logra con producciones “protegidas con agroquímicos”, lo que constituye un permanente conflicto de intereses que ha afectado muchísimo las demandas de la sociedad hacia el sector agropecuario.

Lo más negativo de este asunto social, económico y ambiental es que las decisiones, muchas veces desesperadas por la necesidad de incrementar la producción, generalmente se enfocan hacia el modelo productivista, el que sigue siendo ese viejo paradigma que se originó durante los años 50-60 del pasado siglo.

Ahora en el año 2011, a más de medio siglo de haber surgido dicho paradigma, cuando se requiere una agricultura que reduzca gastos energéticos, incremente la producción de alimentos, garantice la salud y se adapte al cambio climático, entre otras demandas, resulta errado que la sociedad, donde ha proliferado la cultura, la ciencia y la democracia, se mantenga “atada” a viejos enfoques tecnológicos agropecuarios, y se necesita reconocer que producir alimentos no es solamente cuestión tecnológica, sino también cultural, social y ambiental, pero además, tanto la producción como el consumo de alimentos constituye un acto ético.

En particular sobre productividad agropecuaria, calidad de alimentos, efectividad económica y energética, así como salud integral, hay muchísimas informaciones científicas y experiencias de agricultores que demuestran que una agricultura con enfoque de sostenibilidad (base agroecológica) puede transitar hacia sistemas agrícolas de nuevo tipo, los que estarán en mejores condiciones para solucionar la mayoría de los problemas que enfrenta el sector agropecuario en muchos países.

Precisamente, el conflicto de intereses ocurre porque la agricultura sostenible contribuye a la soberanía tecnológica y eso afecta a muchísimos intereses. Por ello se afirma que “jugar” con las tecnologías globalizadas ha sido uno de los principales errores de enfoque de la producción agropecuaria en América Latina, Asia y África. Precisamente en países de África, donde en los últimos años se ha implementado el modelo de la “Revolución Verde”, las incompatibilidades de estas tecnologías en los sistemas agrícolas se están expresando en diferentes dimensiones, algunas de ellas no muy evidentes o enmascaradas, pero que tienen impactos negativos en el orden económico, tecnológico, social y ambiental.

Para la mayoría de los agricultores en América Latina y el Caribe, donde los recursos económicos escasean, la asistencia técnica es limitada e inadecuada y los efectos del cambio climático son significativos, la introducción de estos “paquetes tecnológicos” no resulta compatible, lo que muchas veces se expresa en el tiempo, cuando la “tecnología de punta” introducida no se mantiene o comienza a manifestar deficiencias. Proliferan las mezclas tecnológicas en fincas de agricultores de medianos y bajos ingresos, en que los resultados productivos son bajos y el costo económico y energético es elevado.

En Cuba, por ejemplo, donde se ha avanzado notable y exitosamente hacia la producción agropecuaria sostenible en sistemas campesinos, en la agricultura de montaña y en la agricultura urbana, donde se evidencian avances paulatinos en la agricultura suburbana, entre otros resultados, resulta de alto riesgo la introducción de estos “paquetes tecnológicos” superintensivos, caracterizados por el uso de agroquímicos, la mecanización y las variedades transgénicas. Por supuesto, los efectos negativos de estos “polos tecnológicos” son mayores cuando dichas tecnologías son introducidas e implementadas íntegramente “de afuera”, con la misma percepción de los “espejitos de los colonizadores”.

En la época de la conquista, los espejitos vislumbraban a los nativos y se los cambiaban por diversos recursos naturales, pero no resolvían sus problemas fundamentales y lo que sucedió después es bastante conocido. Actualmente, las tecnologías llamadas de “punta” en la producción agropecuaria, vislumbran de igual forma, pero no son la solución del problema de la seguridad y soberanía alimentaria.

La documentación científica sobre este tema es profusa y suficientemente esclarecedora, los debates de especialistas y técnicos en diversos escenarios constituyen una valiosa argumentación y, lo más importante, la percepción de muchísimos agricultores es irrebatible.

Estas evidencias sugieren que se debe desaprender el enfoque tecnológico del productivismo, que ha colonizado a la producción agropecuaria en muchos países del Mundo a través de la globalización.

Lo antes expuesto, a manera de reflexión personal, es una sugerencia de que el nuevo paradigma en la producción agropecuaria es la soberanía tecnológica para el manejo sostenible de tierras; es decir, no transformar, sino adaptarse a los ecosistemas.

Más importante que aprender es desaprender (E. Punset)


* El autor es Investigador Titular, Ingeniero Agrónomo, Doctor en Ciencias, Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV).

La Habana. Cuba. CE: lvazquez@inisav.cu

lunes, 18 de abril de 2011

ECOLOGIA SOCIAL: La bomba de tiempo japonesa


La bomba de tiempo japonesa

Página/12

El primer ministro de Japón, Naoto Kan, insiste en recortar las consecuencias del problema nuclear que estalló en Fukushima. “La crisis se está estabilizando paso a paso, pero no hay razones para el optimismo” (www.businessinsider.com, 12-4-11). No obstante, señaló que la gente debe vivir como de costumbre, no incurrir en autorrestricciones y consumir los productos de las zonas afectadas “para darles apoyo”. El gobierno nipón, sin embargo, elevó el nivel del riesgo a 7, el máximo, el mismo de Chernobyl, según las categorías establecidas por el Organismo Internacional de Energía Atómica para evaluar el alcance de las catástrofes nucleares, y sus funcionarios declaran que el material radiactivo que escapó de los reactores de Fukushima sólo constituye un décimo del que emitió la planta rusa. No es una opinión compartida.

El físico nuclear Michio Kaku destacó que la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (Tepco, por sus siglas en inglés), dueña de las instalaciones de Fukushima, “ha tratado de minimizar el impacto de este accidente nuclear... que ya ha liberado algo así como 50.000 billones de bequereles de radiación (de uranio). Esto equivale a la mitad del nivel 7, pero los reactores siguen emitiéndolos. La situación no es para nada estable... el menor accidente –un nuevo sismo, la ruptura de un conducto, la evacuación de los equipos que trabajan en Fukushima– podría desatar una fusión en tres de las estaciones nucleares de una dimensión mucho mayor que la de Chernobyl” (www.demo cracynow.org, 13-4-11).

El accidente ha despedido hacia la atmósfera una enorme cantidad de yodo radiactivo (I-131), un 10 por ciento en relación con Chernobyl, que es soluble en agua. La lluvia lo deposita en tierra, las vacas comen pasto y su leche se contamina. Los granjeros de la zona la tiran porque es demasiado radiactiva. Se ha descubierto agua contaminada en Tokio y algunos de sus habitantes han abandonado la capital, advertidos por las contradicciones de los anuncios oficiales y la clara voluntad de acallar los alcances del desastre. Occidente calla, pero EE.UU. prescribió que su personal debe alejarse 80 kilómetros de Fukushima, ni 20, ni 30, ni 40, y el gobierno francés aconseja a sus ciudadanos que abandonen del todo Japón. También esas son medidas del peligro, aunque no tengan un enunciado matemático.

Cabe preguntarse el porqué de los ocultamientos del gobierno japonés. ¿Para evitar el pánico de la población? Tal vez. ¿Para no ahondar la crisis económica que el terremoto y el tsunami agravaron de manera extraordinaria? Quizá. Pero los especialistas se preguntan por qué no se recurre al método empleado en Chernobyl, que consistió en encerrar o enterrar el reactor número 4 bajo toneladas de concreto en vez de intentar desmantelarlo, y en cerrar la central nuclear por tiempo indefinido.

Fuente: www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-166408-2011-04-17.html

miércoles, 6 de abril de 2011

LA ASOCIACIÓN DE ESTUDIANTES DE CIENCIAS ECONÓMICAS- A.E.C.E.

A la población estudiantil de la facultad de Ciencias Económicas, comunidad Universitaria y pueblo de Guatemala

Nuevamente las actividades de la tradicional y centenaria Huelga de Dolores ha sido blanco de un ataque más a su dignidad e historia por parte de la avaricia, hambre de poder, violencia, negligencia y otros tantos apelativos que podríamos usar para señalar a quienes con uso de la fuerza y escondiendo su identidad bajo una capucha que otrora cubriera la personalidad de estudiantes que con valor y gallardía criticaban y denunciaban la corrupción y represión de la que era blanco nuestro país. Esta vez la capucha ha sido utilizada para esconder el rostro de delincuentes que con saña y sin uso de razón atentan contra la vida y la paz.

El día miércoles 31 de marzo fue atacada la sede de la Asociación de Estudiantes de Ciencias Económicas –A.E.C.E. por parte de un grupo de supuestos estudiantes y malos lideres que utilizando el recurso de la violencia en su máxima expresión, quienes escudándose bajo una capucha, utilizando el engaño, demagogia y farsa han utilizado a estudiantes de reciente ingreso a la Universidad para formar un ejército de vándalos terroristas para dañar mas la tan desprestigiada fama de la Huelga de Dolores.

Este grupo de delincuentes son liderados por gente inescrupulosa, demente, llena de avaricia con complejos de terroristas que para nada representan a la comunidad sancarlista, mucho menos la Huelga de Dolores en la Facultad de Ciencias Económicas, quienes con la autorización de las autoridades universitarias se han adueñado de edificios para cometer sus fechorías.

El ataque dirigido hacia nuestros compañeros no ha sido el primero que sucede hacia nuestra institución y hacia la integridad de la persona, también ha sido dirigido contra estudiantes comunes y corrientes que no están de acuerdo con estas barbaridades.
Responsabilizamos de estos actos vandálicos a las autoridades Universitarias encabezadas por el Rector Magnifico, Lic. Estuardo Galvez Barriios y el Decano de la Facultad de Ciencias Económicas Lic. Rolando Secaida Morales, quienes han protegido al pseudo líder Carlos Alberto Parada Romero y su grupo MRP durante los últimos años.

El rector Magnifico de la USAC y el Decano de la Facultad de Ciencias Económicas, a cambio de apoyo recibido en su campaña política para su reelección, por parte del grupo liderado por Carlos Romero, le han dado espacios y cedido poder para actuar a su gusto y antojo.

Con todas las actitudes de estos personajes comprobamos que el tráfico de influencias, politiquería, mafias, corrupción se han trasladado desde las más altas esferas de los gobiernos hasta el corazón de nuestra alma mater.

El lema “El fin justifica los medios” ha sido bien utilizado por las autoridades Universitarias para utilizar un ejército de delincuentes para apoyarse y mantenerse en el poder, para mantener a un grupo de choque que siempre actué contra estudiantes que denuncian los actos de corrupción que ocurren dentro de nuestra Universidad.
De la misma forma este grupo de pseudo estudiantes pretenden enriquecerse vendiendo la gloriosa historia de la Huelga de Dolores, por medio de la organización de fiestas no culturales, cobro de parqueos por la fuerza y coerción en la venta de bonos. Históricamente las actividades desarrolladas en el transcurso de la temporada de huelga de Dolores deben estar encaminadas a recaudar fondos para financiar la realización del carnaval de los estudiantes, entiéndase Desfile bufo, y no para enriquecer a un determinado grupo de personas.

Solicitamos al mal llamado Comité de Huelga de Dolores que se ha apoderado del edificio S-10, ese mismo grupo que atentó contra la institución que representa la A.E.C.E y los edificios de la Facultad, que desalojen de una vez por todas las instalaciones de nuestra Facultad, y que desistan de todas los actos que manchan y hieren el honor de nuestra gloriosa Universidad y pisotean la historia de la huelga. Asimismo a los estudiantes que rechacen y no participen en ninguna actividad que pretenda organizar este mal intencionado grupo, que lo único que le interesa es infundir terror y enriquecer mas sus bolsillos, mintiendo, no importando a que costo sea.

Exigimos a las autoridades su inmediata intervención y actúen de una vez por todas contra estos personajes y no se les permita realizar ninguna actividad.

Para finalizar, felicitamos y nos solidarizamos con nuestros compañeros que no importando anteponer su integridad física han demostrado valor y gallardía al luchar y defender los ideales de lucha, y no permitir que la Huelga de Dolores se manche aún mas.
La población guatemalteca está cansada de tanta violencia que aqueja el país y no queremos ser participes de la misma, nosotros los verdaderos estudiantes, los amantes de la paz y de la democracia, los que estamos listos para defender a toda costa lo poco que queda del movimiento estudiantil y que no permitiremos que la mafia se introduzca mas en nuestra casa de estudios, decimos presentes en la Lucha.

Por una Guatemala en paz y con justicia social.


Asociación de Estudiantes de Ciencias Económicas -A.E.C.E.-

“Manuel Cordero Quezada”